Skip to main content

Carta Inicio Curso 19-20

Queridos educadores:

Ante todo queremos transmitiros un sincero abrazo fraternal y nuestros deseos de que estas semanas de verano hayan sido para todos un espacio de descanso y disfrute que haya servido para llenaros de energía de cara a este nuevo curso que comienza. Lo estrenamos con ilusión y llega lleno de oportunidades de crecimiento, de encuentro, de descubrimientos y de posibilidades para hacer crecer la vida en todo lo que llevamos entre manos.

Queremos dar la bienvenida de manera especial a los nuevos educadores que os incorporáis al centro. Seguro que habéis encontrado la acogida cercana y familiar que nos caracteriza. Aquí encontraréis una oportunidad para crecer y afianzar vuestro proyecto personal y profesional desde los valores del Evangelio que constituyen nuestro horizonte. También una bienvenida y un agradecimiento especiales a aquellos de vosotros que habéis asumido un nuevo cargo o responsabilidad directiva o de coordinación o bien finalizáis ese servicio tras varios años de entrega generosa; para vosotros, mucho ánimo y todo nuestro apoyo.

Nuestra misión educadora

En estos momentos iniciales, en los que en poco tiempo hay que tomar muchas decisiones prácticas y organizar cómo vamos a proceder a lo largo del curso, hagamos un instante de silencio para centrarnos en el porqué y el para qué de nuestro trabajo. Recordemos por qué sentimos un día la vocación educadora, por qué decidimos hacernos maestros. Puede que caigamos en la cuenta de lo afortunados que somos al desempañar un trabajo que amamos y que nos hace felices o puede que tengamos que reconocer que el tiempo y la rutina han ido mermando la ilusión y el sentido de nuestra tarea. En cualquier caso, en ese “porqué” encontraremos la fuerza y la mística necesarias para renovar nuestra misión.

Nuestra misión como educadores no se limita a transmitir conocimientos, supone sobre todo acompañar a niños y jóvenes en su camino de crecimiento para que sean felices, para que se hagan responsables de su camino y se conviertan en agentes de cambio en un mundo necesitado de transformación. Y esto sólo será posible si nosotros mismos somos también felices y agentes del cambio que deseamos y soñamos para la educación y para el mundo. Así pues, os invitamos a fortalecer la herramienta educativa más revolucionaria e innovadora: la convicción y la alegría de ejercer una profesión grandiosa y llena de sentido.

Fundación Educativa Sofía Barat: cambio en continuidad

Además, este curso se hace por fin realidad aquello para lo que todos nos hemos ido preparando con ilusión y esperanza a lo largo de estos últimos años. Detrás está el trabajo de muchas personas, especialmente el Consejo Provincial, el Equipo Institucional, las diferentes comisiones y asesores, el Patronato, el Equipo Red y, por supuesto, los Equipos Directivos y los claustros de los colegios. Este trabajo eficaz ha conseguido que en enero

de 2020 la incorporación de los 14 centros a la Fundación Educativa Sofía Barat no sea el final de un proceso ni tampoco un comienzo de algo totalmente nuevo, sino el “cambio en continuidad” del que tanto hemos hablado.
Hablar de “cambio en continuidad” significa hablar de fidelidad. Fidelidad a un proyecto que ha perdurado en el tiempo, en medio de vicisitudes y avatares, manteniéndose firme en su prioridad de educar la mente y el corazón de los jóvenes. A lo largo del tiempo, miles de religiosas, educadores, alumnos y familias han dado consistencia a este proyecto y lo han ido renovando continuamente para dar respuesta a las necesidades de cada momento.
A nosotros nos toca hoy comprometernos con esa fidelidad creativa. Porque la fidelidad no significa repetir de manera acrítica el pasado, sino recrear las intuiciones educativas de Santa Magdalena Sofía para que el proyecto crezca y se multiplique rompiendo las fronteras del tiempo y el espacio en que nació. Esto hará que pueda seguir siendo significativo para la sociedad del siglo XXI.
Por eso, la Congregación ha constituido la Fundación Educativa Sofía Barat para “dar continuidad y garantizar la riqueza, el crecimiento y la vivencia del Carisma de nuestros centros” y “ser una nueva respuesta a las necesidades actuales y futuras de la sociedad y de la Iglesia en continuidad con la labor educativa que las Religiosas del Sagrado Corazón han venido desarrollando” (Carta Fundacional IV y VI).
Para nosotros también es un momento de cambio. Es de justicia iniciar esta nueva etapa agradeciendo a los miembros del Equipo Red que han finalizado este servicio a los centros. Chiqui, Jon y Chema son en gran parte responsables de los avances de estos últimos años y del futuro que estamos construyendo. Como nuevo Equipo de Titularidad hemos iniciado nuestra andadura sentando unas bases sólidas de conocimiento y reconocimiento entre nosotros que nos permitan construir un equipo cohesionado y que apunte a una visión común. Os invitamos a hacer lo mismo, porque todo el tiempo que dediquemos a generar cohesión y visión común en nuestros equipos, y también en nuestras aulas con nuestro alumnado, no será una pérdida de tiempo, sino que lo ganaremos para un trabajo más sólido y eficaz.
Afrontamos este momento con la convicción y la ilusión necesarias para superar cualquier incertidumbre que este proceso haya podido generar e invitando a todos a participar cada uno y como equipos desde el puesto que nos toque ahora y en el futuro. No podemos adoptar el papel de observadores, como si esto no fuera con nosotros. Os pedimos que seáis proactivos, que os impliquéis compartiendo el trabajo y las decisiones, siendo protagonistas de los procesos que se vayan generando y actuando desde el compromiso y la lealtad, pero también desde la libertad y la fidelidad creativa.

La persona en el centro

Sabemos que son muchos los procesos de innovación y cambio que se están produciendo en los colegios, que hay que afrontar numerosos planes, programas y proyectos, tanto los propios de la Red como los promovidos por las diferentes administraciones o por otras instituciones educativas.

En nuestros colegios hay muchas cosas importantes: se enseña en inglés, se trabaja en equipo, estamos en la etapa preparando el terreno o semilla, los recreos son divertidísimos, los espacios
invitan al aprendizaje, se hacen muchas salidas, nuestro alumnado alcanza unos fantásticos resultados en evaluaciones y pruebas externas, caminamos hacia la plena inclusión…

Pero, nada de eso, por sí mismo, es lo fundamental. Esas cosas pasan también en otros colegios; en algunos, incluso más. Son sólo piezas de un puzzle que cuando se juntan forman el rostro de cada uno de nuestros alumnos. Porque lo que hace diferente a vuestro colegio, lo que lo hace mejor, es el lugar que ocupa cada persona y como la tratáis. Cada uno está en el centro, cada alumno es único, cada familia debe sentir que nos dedicamos a ellos al 100%, cada educador es una referencia de la que aprender y un compañero que necesita nuestro apoyo. Poner a la persona en el centro va mucho más allá de ser buenos profesionales, tener unas instalaciones preciosas, acabar el programa o acudir a una formación. Es un compromiso que forma parte de nuestra vocación de educadores del Sagrado Corazón.

Lema 19-20: Libres para amar y soñar

Este año estamos llamados a vivir en toda su hondura el valor de la LIBERTAD, con el lema:
“Libres para amar y soñar”
Es un lema que nos pone en camino para aprender a ser personas libres, capaces de liberar a otros. Nos pone en camino para aprender a “soltar” aquello que no nos deja VIVIR el sueño de Dios para nosotros y para el mundo.
La Vida con mayúsculas, los retos y las oportunidades están ahí, esperándonos… Y en nuestra mano está abrir el corazón y la mente para amar , buscar, soñar nuestra vida y el mundo desde el Corazón de Dios.
Y desde ahí, tomar decisiones responsables y hacer de este mundo nuestro, un lugar más para todos, más humano y más parecido al sueño de Dios sobre cada uno de nosotros y sobre la humanidad.
Decía Magdalena Sofía Barat: “…Rompe tus ataduras para que el Espíritu pueda actuar como dueño de un corazón libre”. Que sea un curso donde soñemos nuestra vida y el mundo al estilo de Jesús y seamos libres para querer a los demás y pasar por sus vidas haciendo el bien.
Así pues, bienvenidos a este curso 2019-2020. Haced extensible esta bienvenida y nuestro abrazo a toda la comunidad educativa. Ojalá sea para todos un curso en el que vivamos en nuestros colegios de un ambiente de libertad, responsabilidad y alegría que nos haga afianzar nuestro ser Familia del Sagrado Corazón.

Un cordial saludo:
Fernando, Paqui, Inés, Xavi y Belén
Equipo de Titularidad