16/01/25
“En aquel tiempo se acercó a Jesús un leproso, suplicándole de rodillas: “Si quieres, puedes limpiarme”. Compadecido, extendió la mano y lo tocó diciendo: “Quiero: queda limpio”. Mc 1, 40 -45
Jesús, hazme capaz de abrir bien el oído en el día de hoy a las personas que tengo a mi alrededor y que me piden ayuda, compañía, escucha, cercanía, apoyo… Toca mi corazón para que pueda acoger esa súplica, por imperceptible que sea y de tender mi mano con creatividad y cercanía.