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24/05/24

Admiro en ti, Magdalena Sofía, a la mujer fuerte y frágil, a la mujer tierna y firme, a la mujer exigente y compasiva. Admiro en ti a la mujer activa, con esa actividad aprendida al contemplar el Corazón de Cristo. Admiro en ti a la mujer de contrastes: amiga de los humildes, tratas con sencillez a los grandes de este mundo; amiga del silencio y la oración, recorres los caminos de Europa para dar a luz y sostener a tus comunidades; sabes amar con fuerza y sabes también separarte. Admiro en ti, Magdalena Sofía, tu ardor al servicio de las familias, de los niños y de los jóvenes. .

Me gusta tu creatividad, tu dinamismo, y esa capacidad de renovarte que te permitió decir a los 83 años: El mundo cambia, debemos cambiar nuestro plan de estudios. Gracias, Magdalena Sofía, por no dejarte paralizar por tu propia debilidad y permitir que, en ella, actuara la fuerza de Dios. Siguiéndote a ti, hemos descubierto que la fuente de la vida nace de un Corazón herido.

ORACIONFESB