20/03/24
SOY VALIENTE
Nos sentamos en silencio en una postura cómoda. Cerramos los ojos. Relajamos a fondo todos los músculos del cuerpo dejándolos «sueltos», apoyados en la superficie donde nos encontremos, como si tuviéramos la sensación de que esa parte nos pesara más de la cuenta. Iremos transmitiendo esa sensación al cuerpo recorriéndolo poco a poco. Empezamos por los pies, sentimos que pesan, que se apoyan libremente sobre el suelo, avanzamos lenta y progresivamente en esta sensación de pesadez con el resto del cuerpo: las piernas, las manos, los brazos, el abdomen (sentimos que toda la espalda se apoya relajadamente sobre el respaldo de la silla) y así hasta los músculos de la cara. Intentamos mantenerlos relajados. Respiramos por la nariz. Tomamos conciencia de la respiración. Al aspirar, nos repetimos a nosotros mismos “SOY VALIENTE”. Respiramos con naturalidad, no profundamente. Acompasamos la palabra a la respiración. Continuamos durante unos minutos.