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17/05/24

PENTECOSTÉS

A menudo vivimos como los discípulos del evangelio: “al anochecer”, “Con las puertas cerradas”, “llenos de miedo”, “Temerosos”… No hemos visto ni experimentado al resucitado. La humanidad nueva parece ausente de nuestras vidas. Nuestras comunidades están a veces replegadas, ocultas, sin dar testimonio. Es como si no tuvieran alegría, perdón, paz y vida que trasmitir. Pero hay también experiencias, aún con muchas dificultades, que avanzan descubriendo y viviendo la pasión misionera y el amor ante los que sufren el dolor, la injusticia, la ignorancia, el hambre, el sinsentido. Y se va descubriendo como la plenitud y la realización está en salir de uno mismo y vivir para los demás, junto a otros, en comunidad. Son personas que experimentan al resucitado y se dejan guiar hacia la aventura, la sorpresa, la novedad, la vida… Los sueños se construyen juntos y ya hay mucha gente alrededor trabajando por ello. ¡Súmate! ¡Buen trabajo! (Verbo Divino, Quiero ver).

El aire nuevo que recibe la comunidad es “el aliento” de Jesús, manifestado en el perdón desparramado a raudales como único camino para construir una sociedad verdaderamente humana, junto con la sensatez para que el mensaje de Jesús no se corrompa. Solo con el Espíritu del Resucitado se hace la misión de Jesús. El domingo es Pentecostés, Es nuestro nacimiento como comunidad, como iglesia, nacidos con Jesús en medio y el regalo de su Espíritu. Pentecostés es un camino nuevo, basado en el amor.

ORACIONFESB