
17/03/25

JUNTO A JESÚS
Contigo
Me llamaste cuando no esperaba. No tenía tiempo, ni tenía ganas. ¿A dónde querías que me dirigiera? ¿De qué pretendías que me despojara? ¿Por qué cuestionabas mis seguridades? ¿A qué me llamabas? ¿No era, tu llegada, otra vez lo mismo? ¿No era tu evangelio una cantinela ya domesticada? No te conformaste con que me escondiera tras excusas pobres y falsas palabras. No me permitiste levantar un muro para defenderme de tus enseñanzas. A cada barrera que yo construía tu amor oponía una nueva escala con la que venciste mi testarudez. Y seguí tus pasos. Compartí tus días. Me senté a tu mesa una madrugada. Le diste la vuelta a lo que soñaba. Y ahora no comprendo mi vida sin ti. Contigo soy todo. Fuera de ti, nada. José María R. Olaizola, SJ