
10/04/25

Encarnación
A mi medida.
¡Tan débil como yo, tan pobre y solo!
Tan cansado, Señor, y tan dolido
del dolor de los hombres!
Tan hambriento del querer de tu Padre [Jn 4, 34]
y tan sediento, Señor, de que te beban… [Jn 7, 37]
Tú, que eres la fuerza y la verdad, la vida y el camino;
y hablas el lenguaje de todo lo que existe,
de todo lo que somos.
Sacias la sed, la nuestra y la del campo,
sentado junto al pozo de los hombres.
Arrimas tu hombro cansado a mi cansancio
y me alargas la mano cuando la fe vacila
y siento que me hundo.
Tú, que aprendes lo que sabes,
y aprendes a llorar y a reír como nosotros.
Tú, Dios, Tú, hombre,
Tú, mujer, Tú, anciano, Tú, niño y joven,
Tú, siervo voluntario,
siervo último siervo de todos…
Tú, nuestro. Tú, nosotros. Ignacio Iglesias, SJ