El Adviento es un tiempo que se nos regala y que puede ser oportunidad de crecimiento interior. Así como se nos recuerda en el material del lema de este curso, Con mi voz que la libertad se construye, también nuestra relación con Jesús se va construyendo día a día. ¿Estoy disponible? ¿Estoy dispuesto?
El lema que nos va a acompañar durante este Adviento es “Voces de esperanza” . En nuestro momento actual, ante los acontecimientos conocidos y desconocidos de sufrimiento e injusticia en nuestro mundo cercano y lejano, iniciamos y nos comprometemos a recorrer un camino de esperanza. Queremos estar atentos a las Voces de Esperanza que conviven hoy en nuestra realidad convulsa, caer en la cuenta de toda la bondad existente en nuestro mundo, en tantas personas, acciones y formas de vivir que son testimonio de esperanza y por qué no, ser también nosotros, portadores de ella.
El Adviento es tiempo de espera y así lo hemos querido reflejar en el cartel. Los personajes están a la espera de Jesús. La imagen nos lleva a recordar (pasar por el corazón) momentos en los que hemos esperado la llegada de un ser querido. Cuántas emociones, nervios, deseo que el viaje le haya ido bien, alegría por el reencuentro… Así queremos que sea este Adviento, una espera en la que seamos conscientes de todos los sentimientos, emociones y pensamientos que surgen en nosotros ante la venida del hijo de Dios.
El cielo en tonos morados dado que es el color del tiempo litúrgico. En la liturgia el color morado indica que es tiempo de preparación, de proceso interior, de conversión y acercamiento a Dios. Es el color que predomina antes de la celebración de uno de los tiempos más importantes del año: la Navidad.
En el cielo aparecen cuatro estrellas que representan a los cuatro domingos del tiempo de Adviento. Las estrellas guían, iluminan y orientan a los navegantes. El brillo de las estrellas transforma la oscuridad de la noche en una bella estampa que podemos contemplar. Jesús viene a alumbrar nuestra vida por completo, todos sus recovecos.