APRENDIZAJE COOPERATIVO
Aprender juntos, aprender todos
Hablamos de aprendizaje cooperativo cuando organizamos las tareas en el aula de manera que la cooperación es la condición indispensable para poder realizarlas, es decir, se establecen tareas de aprendizaje que no pueden realizarse si no es a través de la cooperación entre compañeros. En el AC cada uno “solo puede alcanzar sus objetivos si y solo si los demás consiguen alcanzar los suyos”
(David y Roger Johnson).
Parte de la realidad para transformarla
El AC nos brinda la oportunidad de ejercitar y poner en práctica valores y habilidades propios de la ciudadanía global y necesarios para la transformación social, como son la cooperación, la solidaridad, la inclusión, el respeto a la diversidad, el diálogo, etc
Da prioridad a la persona
Trabajar de manera cooperativa es coherente con la idea de una educación integral centrada en la persona. El docente adquiere claramente el papel de facilitador y el alumno el de protagonista.
Promueve una instrucción bien comprendida
El AC mejora el aprendizaje de todo el alumnado. Contribuye a estimular el desarrollo de las distintas inteligencias al aumentar la variedad y riqueza de las experiencias educativas; crea un entorno abierto y tranquilo en el que el alumnado se siente seguro para participar con confianza, autonomía y seguridad en las diferentes actividades; aumenta las interacciones y con ellas las oportunidades de recibir apoyo y de aprender por observación de sus compañeros que le sirven de modelo de conducta.
Genera clima de familia
Los alumnos trabajan en grupos pequeños, para conseguir metas comunes, ayudándose y compartiendo a partir del desarrollo de diferentes actividades. Por eso el trabajo cooperativo convierte el aula en una verdadera comunidad de aprendizaje en la que buscar el bien de los demás es una condición para conseguir los propios objetivos (Cfr. CP pg. 6). El AC favorece la creación de un ambiente en el que se fomentan las relaciones positivas y la diversidad se concibe como un elemento enriquecedor.
Facilita el seguimiento personal
El AC tiende a flexibilizar la intervención educativa del educador, que debe adaptarse a las necesidades, ritmos y habilidades de cada alumno