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JUSTICIA Y PAZ E INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN

Comenzamos febrero, con una entrada en nuestro blog, donde compartir reflexiones, inquietudes y experiencias en torno a la Justicia y Paz e integridad de la Creación. Ayer fue un día en el que nos unimos a mucha gente que quiere construir un mundo en paz, y juntos celebramos “el Día Escolar de la no-violencia y la Paz”.

¡Cuantas veces hemos escuchado la expresión “Justicia y Paz e Integridad de la Creación”! Pero, ¿Sabríamos explicarle a un amigo, a una alumna, a un compañero o compañera en qué consiste?

Hoy queremos compartir esta sencilla reflexión con todos vosotros.  No se trata de un documento cerrado, sino de un pequeño texto que quiere provocar reflexión compartida para seguir avanzando en esta mirada sobre la vida y la realidad de nuestro mundo desde el Evangelio.

El compromiso cristiano por la justicia y la paz nace de la entraña del Dios de Jesús. Trabajar por la paz y la justicia, no es opcional para un cristiano, pues está en la esencia de la Biblia y, más en concreto, en el mensaje y en los gestos de Jesús.

Para nosotros,  el compromiso por la paz y la justicia, no es cuestión ideológica, es parte de nuestra experiencia creyente. Dios se revela y actúa en la historia. Dios se encarna, se hace Dios con nosotros y nos invita a vivir el Amor; Jesús, en su humanidad, revela el rostro entrañable de Dios; sus gestos y palabras nos muestran un Dios cercano, implicado con el ser humano, que acompaña, dignifica e integra siempre. 

¿Cuándo nace JPIC como organismo eclesial?

En un documento eclesial del Concilio Vaticano II, la Gaudium et Spes  se  piensa en “un organismo universal de la Iglesia que tenga como función estimular a la comunidad católica para promover el desarrollo de los países pobres y la justicia social internacional”(GS 90). Así Pablo VI, instituye el 6 de enero de 1968 la Pontificia Comisión de Justitia et Pax con la finalidad de “promover la justicia y la paz en el mundo según el Evangelio y la Doctrina Social de la Iglesia”( PB art.142).

JUSTICIA: acogiendo todas las cuestiones que hacen referencia a la justicia social, con todas las situaciones en torno al trabajo, la ética en los sistemas económicos y financieros unidos a las cuestiones medioambientales y al uso responsable y equitativo de los bienes; justicia internacional, con todos los problemas relativos al desarrollo y su dimensión social. 

PAZ: reflexionando sobre las guerras, el desarme, el armamento y el comercio de armas, el terrorismo y la violencia de todo tipo. Promoviendo la paz en todos los ámbitos de la vida.

INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN: cuidando nuestra casa común . Francisco nos recuerda que:  «¡Es el momento de actuar, estamos al límite!». «Se trata de cuidar de la naturaleza, para que ella cuide de nosotros» y para ello «hace falta un verdadero cambio de rumbo, una nueva conciencia de la relación del ser humano consigo mismo, con los demás, con la sociedad, con la creación y con Dios».

El momento actual pide de todos nosotros, niños, jóvenes, adultos y mayores, una espiritualidad de ojos y oidos abiertos. Se nos invita a estar atentos a la vida para acoger los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de las personas con las que compartimos esta casa común.  Estar atentos y atentas a la presencia de la Palabra encarnada, para descubrir los signos del Reino en la realidad; para provocarlos también en esos gestos de pan y vida compartida. Acoger con compasión este mundo bendecido y roto , “encargarse y cargar” con la realidad para, junto a otros, transformarla y caminar hacia ese sueño de Jesús, una humanidad en la que vivamos como hermanos.

Nos comprometemos con los más cercanos, como nos invita Jesús en la parábola del buen samaritano. Y, también, nos comprometemos con la dignificación de los grupos sociales más desfavorecidos: personas sin hogar, parados, inmigrantes, trabajadores  en condiciones indignas, personas que sufren discriminación por cualquier motivo, pueblos que no acceden al desarrollo. 

¿Qué os parece si nos unimos todas las comunidades educativas de la Fundación Sofia Barat, y nos comprometemos a construir un mundo en paz en el que el respeto, el diálogo, la diversidad y la compasión sean nuestra marca, nuestro sello de familia?

Que nuestras miradas abracen y nuestros gestos provoquen encuentros. Que nuestros pasos acerquen y nuestras palabras dignifiquen. Que el perdón tenga más fuerza que el odio. Juntos es la palabra que lo salva todo.