Rosa Filipina Duchesne nació en Grenoble, Francia, en 1769. Fue religiosa de la Visitación, una orden de clausura. Después de la revolución francesa, su convento fue cerrado por el gobierno. Durante diez años asistió a los pobres de Grenoble. En 1804 conoció a Magdalena Sofía y se unió a la Sociedad del Sagrado Corazón.
Pudo cumplir su deseo de llevar a Dios a tierras lejanas en 1818 cuando ella y cuatro compañeras zarparon rumbo a América, convirtiéndose en la primera misionera de la Congregación. Su gran anhelo era trabajar entre los indios de América, pero tuvo que esperar 23 años para ir a vivir entre los Potowatomies que vieron en ella a “la mujer que siempre reza”. Antes de realizar este deseo, había fundado el primer Colegio Católico al oeste del Mississippi y vio con gozo cómo la Sociedad del Sagrado Corazón se difundía por los Estados Unidos. La Sociedad del Sagrado Corazón es una comunidad internacional, en gran parte, gracias a ella. Fue canonizada en 1988. Celebramos su fiesta el 18 de noviembre.
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