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CARTA INICIO DE CURSO 20-21

Queridas familias:

En primer lugar os queremos enviar a todas y cada una un fuerte y fraternal abrazo; con él expresamos, una vez más, nuestro agradecimiento por vuestra confianza en el proyecto educativo-pastoral de la Fundación Educativa Sofía Barat y por el espíritu constructivo con el que habéis sido parte activa en la respuesta a los retos planteados al mundo educativo durante el periodo del confinamiento.

También queremos transmitiros nuestro deseo de que hayáis podido disfrutar de cada momento de este extraño verano y de que hayáis encontrado espacios de descanso, silencio, convivencia, deporte y cuidado personal y familiar; espacios que os hayan ayudado a reconectar con lo esencial, con aquello que puede servir de sustrato para nutrir nuestras vidas y llenarlas de sentido a lo largo del curso.

Estos días estamos protagonizando un inicio de curso insólito con escalonamientos, mascarillas, distanciamiento, entradas y salidas con nuevos horarios y por puertas diferentes a las habituales. Pero, las ganas de reencontrarnos y la ilusión que siempre supone el estreno y la novedad del curso escolar, son los de siempre, incluso mayores aún, debido al largo periodo en el que profesores y alumnos hemos estado separados físicamente.

Queremos dar la bienvenida de manera especial a aquellas familias que formáis parte por primera vez de la comunidad educativa de cualquiera de nuestros centros. Seguro que habéis recibido la acogida cercana y familiar que nos caracteriza. Aquí encontraréis no solo una oportunidad para que vuestros hijos e hijas inicien un camino de formación y crecimiento integral desde los valores del Evangelio que constituyen nuestro horizonte, sino también una comunidad responsable y activa en la que podréis participar de muchas maneras.

Afrontar el nuevo curso con cuidado, audacia y flexibilidad

Uno de los datos que mostró la encuesta que realizamos a directores, educadores, alumnado y familias sobre la teledocencia fue que la emoción dominante durante esas semanas era la incertidumbre; esto era muy claro en el caso de las familias y el alumnado.

No cabe duda de que la crisis sanitaria y social, la situación particular a nivel personal, familiar y profesional y las tardías medidas tomadas por las administraciones educativas son circunstancias que a lo largo del verano y en este inicio de curso siguen provocando incertidumbre. Incluso, a veces, podemos tener una sensación de irrealidad, como si el tiempo se hubiera detenido o como si fuera en dirección contraria hasta encontrarnos en la misma situación que hace unos meses.

Por eso, es normal que sintamos dudas sobre la manera en que se ha organizado la vuelta al colegio, pero no podemos caer en la tentación de atrincherarnos en nuestros temores ni caer en el enfado o el desánimo.

En primer lugar, porque los equipos directivos han realizado a final de curso y durante las semanas previas al inicio, una ingente labor para redactar y comenzar a poner en marcha los planes de contingencia con el objetivo de asegurar una vuelta al colegio con la máxima seguridad posible para toda la comunidad educativa. Somos conscientes de que no ha sido fácil, ya que ha habido que afrontar cuestiones de todo tipo (laboral, organizativo, logístico, de salud, limpieza e higiene, pedagógico, económico, etc.), pero se ha realizado esta tarea con seriedad y eficacia.

Sabemos que el “riesgo cero” no existe y que ningún centro educativo puede alardear de estar “libre de COVID”. Pero, otro motivo para la confianza es que el alumnado y las familias estáis haciendo las cosas muy bien, adaptándoos a las novedades y cumpliendo normas y protocolos con rigor y responsabilidad. Seguir actuando así, sin cansarnos ni desanimarnos es una garantía para reducir entre todos las posibilidades de contagio.

A los adultos, padres, madres y educadores, nos toca también en esto ser modelos de conducta para los más pequeños; si ellos ven que nos tomamos en serio las normas, les resultará más sencillo cumplirlas. Es fundamental también que los adultos mantengamos una actitud positiva, porque las emociones se contagian. La actitud con la que afrontamos las situaciones los educadores, tanto los profesores como los padres, siempre tiene un impacto en los niños y jóvenes por lo que hay que intentar que éste sea positivo. Si nos dejamos llevar por la preocupación y la ansiedad, esas serán las emociones que les transmitamos a ellos.

Además, con todas las dificultades y zozobras del mundo, las comunidades educativas de la Fundación tenemos algo que nos ayuda a no desfallecer, a no caer en la negatividad, a afrontar el reto con ilusión y a mantener una mirada positiva que inspire y anime a nuestros chicos y chicas: miramos la realidad con los ojos de Sofía Barat y respondemos con su mismo coraje, su misma confianza y su misma generosidad. Por eso, nos gusta decir que vamos a afrontar este nuevo curso con tres actitudes: cuidado para protegernos y proteger la vida y la salud de todos; audacia para superar los obstáculos con espíritu innovador; y flexibilidad para adaptarnos a la evolución de la situación a lo largo del curso.

Juntos otra vez

En medio de tantas inseguridades hay algo de lo que no podemos dudar y que compartimos alumnos y educadores: nuestro deseo de volver a encontrarnos, de estar juntos otra vez, porque nuestro estilo de educar se basa en la relación y no hay tecnología ni pantalla que pueda estimular el aprendizaje como el gesto y la palabra del educador y la interacción con los compañeros.

Y en ese reencuentro va a ser fundamental el cuidado. No sólo el cuidado y la protección de la salud. Nuestros alumnos y alumnas regresan a las aulas tras muchos meses de distancia y lo hacen encorsetados por una serie de normas y medidas que a veces les costará entender. Reencontrarse con los compañeros, pero no poder verles la cara ni acercarnos a ellos o abrazarlos requiere un gran control emocional.

Además, muchos van a llegar con experiencias vividas desde la vulnerabilidad y todos con muchas preguntas y muchas ganas de expresar sus vivencias. Por eso, desde la Fundación hemos impulsado el Plan de Acogida “Juntos otra vez”, con el objetivo de cuidar de manera especial los primeros días, de acompañar a cada persona desde la acción tutorial haciendo especial hincapié en el trabajo socio- emocional y de promover espacios y tiempos destinados a la escucha, el contacto, la vinculación, la reflexión y la celebración compartidas para reconstruir la comunidad tanto dentro del aula como en todo el ámbito escolar.

En esta vuelta a estar “juntos otra vez”, no podemos olvidarnos de todos vosotros, las familias, una parte esencial de nuestras comunidades educativas. Mantener y reforzar los vínculos de confianza y participación, que con tanto esfuerzo se han venido construyendo, será esencial para que os sintáis incluidos en nuestro proyecto educativo.

Una educación que pone la persona en el centro

La seguridad está centrando el debate público en esta vuelta a las clases, pero no podemos olvidar que somos centros educativos. Por tanto, nuestras energías deben concentrarse en los procesos de enseñanza-aprendizaje de nuestro alumnado.

Sabemos que sus experiencias educativas en el periodo del confinamiento han sido desiguales. En estos momentos, esto significa que hay que personalizar los aprendizajes, centrarse en las competencias básicas, potenciando especialmente la digital, y asegurarse de que nadie se queda atrás.

Pero, este curso, más allá de las materias, los contenidos y las metodologías, se hace más evidente la importancia de nuestro compromiso con la educación integral de la persona, la educación para SER.

En los últimos años, oís hablar mucho a los directores de vuestros centros y a los tutores y profesores de vuestros hijos e hijas de innovación educativa. En el fondo, cuando hablamos de innovación pedagógica y metodológica de lo que estamos hablando es de poner la persona de nuestros alumnos en el centro de todos los procesos y actividades que se llevan a cabo en la escuela. Y de poner en el centro no solo su cabeza, sino su persona entera con todas las dimensiones que la constituyen: mente, cuerpo, emociones, valores, espiritualidad, etc. Y eso tiene consecuencias en las metodologías que empleamos y en como nos organizamos y articulamos todo lo que sucede dentro del centro educativo.

Lema 20-21: Atrévete a PENSAR-SENTIR

Por eso, cada año escogemos del itinerario de valores de nuestro proyecto educativo, uno para trabajarlo de manera especial. Este año es el “sentido crítico”. Este curso 20-21 estamos llamados a vivir desde el lema: “Atrévete a PENSAR- SENTIR”.

Tras unos meses en los que han ocurrido muchas cosas y hemos vivido experiencias muy intensas, tenemos por delante una oportunidad para “pensar” y ser personas de mirada amplia, dialogantes, que se hacen preguntas, que miran la realidad y las cosas con una visión crítica que construye, que suma, para que nuestro entorno y el mundo sean cada vez mejores para todos. Una oportunidad para “sentir” y aprender a conectar el pensamiento, el corazón y la acción. Que Jesús, Señor de corazón abierto y mente abierta nos acompañe en este camino.

La Fundación se consolida y crece

Tal como os hemos ido informando, a partir de enero de 2020 los centros educativos de la Red del Sagrado Corazón han ido incorporándose efectivamente a la Fundación Educativa Sofía Barat. La crisis del COVID supuso un parón administrativo que ha influido en este proceso, pero nos alegra comunicaros que el 1 de septiembre este proceso ha concluido con la incorporación de los tres colegios de Andalucía.

No queremos terminar esta comunicación sin transmitiros el abrazo, la cercanía y el apoyo del Patronato de la Fundación, cuyos miembros siguen muy de cerca y con especial interés todas las informaciones referidas a este inicio de curso.

Así pues, bienvenidos a este curso 2020-2021. Ojalá sea para todos, un curso en el que vivamos en nuestros colegios en un ambiente de cuidado, responsabilidad y alegría que nos haga afianzar nuestro ser Familia del Sagrado Corazón.

Un cordial saludo. Equipo de Titularidad:

Paqui Rodríguez

Inés Candau

Xavi Serret

Belén Sanz

Fernando Orcástegui 

Corazón, Educación, familias, FESB, sagrado